Durante el 2024 creció fuertemente el financiamiento en dólares por parte del sector agrícola argentino, superando así las solicitudes de los anteriores 4 años. Más de U$S1.076 millones se otorgaron en moneda extranjera hasta el mes de septiembre.
Según datos del Banco Central de la República Argentina (BCRA) que incluyen los créditos tomados por el sector hasta septiembre, convirtiendo los préstamos en pesos a su equivalente en dólares al tipo de cambio A 3500, el stock acumulado de préstamos otorgados por entidades financieras al sector agrícola (cultivos de cereales, oleaginosas y forrajeras) alcanzó un total de U$S 2.662 millones.
Este financiamiento, según información publicada por la Bolsa de Comercio de Rosario, comprende diversos instrumentos: adelantos en cuenta (corriente u otras a la vista) o de la compra de documentos, los instrumentados bajo la modalidad de documentos a sola firma, los documentos descontados, los préstamos hipotecarios, prendarios, personales y a titulares del sistema de tarjetas de crédito, y cualquier otro préstamo de efectivo.
De esta suma, explica el reporte de la BCR, U$S 1.586 millones corresponden a préstamos otorgados en pesos, convertidos a dólares al tipo de cambio A 3500, mientras que los restantes U$S 1.076 millones fueron otorgados en moneda extranjera.
En cuanto al volumen total, se advierte que en los primeros nueve meses del año, el financiamiento bancario al sector agrícola disminuyó un 7% respecto de igual período del año anterior, aunque se mantuvo elevado respecto al promedio de los últimos 5 años, que asciende a U$S 2.400 millones. Diferenciando por moneda, la caída en la financiación se explica por menores préstamos en pesos, que mostraron una contracción del 30%, en tanto el monto de financiación en dólares registró un crecimiento interanual del 87%.
En términos porcentuales, los préstamos en moneda extranjera al sector agrícola durante el período de enero a septiembre de 2024 alcanzaron el 40% del total, la mayor proporción en cinco años, evidenciando un importante avance desde el 13% que se registraba en el mismo período de 2022. Entre los factores que explican esta dinámica se encuentra el crecimiento de los depósitos en dólares tras el reciente programa de blanqueo de capitales, la desregulación -aunque muy gradual- del mercado cambiario, la disminución de exigencias a los bancos locales para ofrecer financiamiento en moneda extranjera, la estabilidad cambiaria de los últimos meses y las perspectivas de que se mantendría, o incluso reduciría, el crawling peg del 2% mensual.
De esta manera, la participación del financiamiento bancario en dólares muestra este año un crecimiento tanto en términos absolutos como relativos. Mientras que en el período comprendido entre el año 2014 y 2023 el financiamiento en dólares mostró una participación promedio del 33% sobre el total, en 2024 dicha participación se ubicó 7 p.p. más arriba. Cabe destacar, sin embargo, que en 2019 los préstamos en dólares al sector agrícola alcanzaron una proporción máxima desde finales de la convertibilidad, tal como se analizó oportunamente en esta nota. Entre enero y septiembre de aquel año, el porcentaje de créditos en moneda extranjera llegó a alcanzar el 73% del total, descendiendo bruscamente en los años posteriores de la mano de la reintroducción y el posterior endurecimiento de las restricciones al acceso al Mercado Libre de Cambios.
En cuanto a la proporción del financiamiento bancario al sector agrícola en relación con el total de préstamos bancarios, se observa que ésta fluctuó entre el 2,9% y el 5,4% durante la última década, aunque con un notable incremento en el último lustro. De hecho, en el año 2023, la participación promedio del sector agrícola en el total de créditos alcanzó un máximo histórico de 5,2%, registrando al tercer trimestre de ese año una cifra récord del 5,4%. Este porcentaje guarda sentido si se tiene en cuenta la magra cosecha del ciclo 2022/23, luego de tres años consecutivos de sequía, que llevó al sector agrícola a depender de un mayor financiamiento para hacer frente a la campaña siguiente. No obstante, la participación cayó al 4,7% en el promedio de los primeros tres trimestres del año actual, retornando a los valores de 2020.
Se destaca que, a pesar de la gran cantidad de divisas y dinero que genera el sector agrícola, es relativamente bajo el nivel de financiamiento que obtiene por parte de entidades financieras nacionales. Esto se debe a que este sector, a lo largo de los años, encontró otras alternativas para la financiación de los insumos y el capital de trabajo, como el mercado de capitales y el crédito comercial.
Por último, en términos de morosidad e impago, se advierte que el cumplimiento del sector agrícola se mantuvo en porcentajes notablemente altos en la última década, entre el 90% y el 98%, lo que denota una gran capacidad de repago del sector. Durante los primeros nueve meses del año en curso, la cartera de deudores clasificados en situación normal, que no presentan atrasos de más de 31 días, se ubicó en el 97%. De hecho, se advierte que la incidencia de los últimos años de sequía en la capacidad de repago del sector fue prácticamente imperceptible, al menos cuando se analiza esta fuente de financiamiento, siendo que la cartera de deudores en situación normal logró mantenerse por encima del 96% durante todo el año 2023.