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EL TIEMPO EN ROJAS

La historia detrás del girasol más alto del mundo, que roza los 11 metros de altura

Después de diez años, el Récord Guinness del girasol más alto del mundo fue superado en Fort Wayne, Indiana (EE. UU.). El ejemplar, apodado “Trébol”, alcanzó los 10,90 metros y dejó atrás la marca de 9,17 metros que el alemán Hans-Peter Schiffer había logrado en 2014.

El responsable del logro fue Alex Babich, jardinero paisajista y vendedor de semillas nacido en Ucrania, quien junto a su esposa e hijos dedicó años de trabajo para perfeccionar la genética de sus girasoles y alcanzar dimensiones históricas. El proceso incluyó intercambios de semillas con cultivadores de distintos países, estructuras de soporte diseñadas a medida y un compromiso familiar que iba desde el riego diario hasta la construcción de un andamio especial.

El día de la medición oficial, realizada por representantes del Departamento de Pesas y Medidas del Condado de Allen y expertos de la Universidad de Purdue, el girasol atrajo a medios locales, vecinos curiosos y hasta la mascota de un equipo de hockey.

Babich conoce bien los girasoles, una planta que le es muy querida, ya que es la flor nacional de Ucrania, de donde es originario. Él y su familia se mudaron a Estados Unidos en 1991, tras el desastre nuclear de Chernóbil.

El vínculo emocional con la planta también fue clave: Babich eligió llamarlo “Trébol” porque su hijo Keenai, de 10 años, colocaba tréboles de cuatro hojas en sus hojas para darle buena suerte. “Nuestro lema siempre ha sido: ‘Planta una semilla. Riégala con amor. Observa crecer la esperanza’”, expresó el cultivador.

«Se necesitó conocimiento, dedicación, hambre, pasión, compromiso, sacrificio, amor y, sobre todo, paciencia para lograr este récord. Y lo que hemos ganado son recuerdos, legado y tradición. Algún día moriré, pero las historias perdurarán», destacó Alex Babich, cultivador del girasol más alto.

La semilla de este coloso de 10,90 m en realidad surgió de un intercambio con el cultivador alemán Burkhard Grendel, tomada de una de sus flores que alcanzó los 8,58 m (28 pies 2 pulgadas) el año pasado, igualando al segundo girasol más alto de todos los tiempos registrado.

La semilla que utilizó Grendel se originó en Brian Moore de Nueva Jersey, EE. UU., quien polinizó de forma cruzada un girasol de una sola cabeza de Richard Hope en el Reino Unido con un girasol silvestre de múltiples cabezas encontrado en Nebraska, EE. UU.

La hazaña será parte de un documental titulado Bloom, que se estrenará en 2026 y promete llevar la historia de este girasol récord a los festivales de cine internacionales.

Con esta marca, Babich no solo dejó huella en el mundo de la horticultura competitiva, sino que también inspiró a nuevas generaciones a cultivar girasoles. “Espero que Clover (Trébol) motive a más personas a sembrar —son fáciles de cuidar y hacen sonreír a la gente”, afirmó.